Las ballenas son grandes. Real e impresionantemente grandes. La más grande de todas, la ballena azul, puede alcanzar hasta 170 toneladas —haciéndola el animal más grande que jamás haya existido. Pero, ¿cómo se volvieron tan gigantescas?
En un estudio publicado el mes pasado en la revista Proceedings of the Royal Society B, un equipo de investigadores estudió el gigantismo en las ballenas barbadas, los leviatanes filtradores entre los que figuran las ballenas azules, boreales y de aleta. Descubrieron que estos mamíferos marinos se volvieron enormes sólo apenas en los últimos 4.5 millones de años. ¿La causa? Un cambio climático que permitió que estos gigantes comieran incontrolablemente.
Las ballenas empezaron siendo mamíferos terrestres con pezuñas hace unos 50 millones de años. Con el tiempo, desarrollaron aletas y se volvieron criaturas marinas. Hace unos 20 a 30 millones de años, algunas de esas ballenas antiguas desarrollaron la habilidad de comer por filtración, lo que significaba que podían tragar hordas de diminutas presas de un bocado colosal.
Las ballenas barbadas se volvieron grandes cuando capas de hielo empezaron a cubrir el Hemisferio Norte. (Charles Littnam/WWF-Aus Handout/European Pressphoto Agency)
“Sin embargo, de repente, las vemos volverse muy grandes, como las ballenas azules”, dijo Nick Pyenson, curador de mamíferos marinos fósiles en el Instituto Smithsoniano y coautor del estudio. “Es como ir de ballenas del tamaño de minivans a más grandes que dos colectivos escolares”.
Pyenson y sus colegas midieron más de 140 especímenes de ballenas fosilizadas, y luego introdujeron esos datos en un modelo estadístico. Éste arrojó que varios linajes distintos de ballenas barbadas se volvieron gigantes alrededor de la misma época, hace alrededor de unos 4.5 millones de años. Esto coincidió con la época en que las capas de hielo empezaron a cubrir cada vez más territorio del hemisferio norte.
El escurrimiento de los glaciares habría arrastrado nutrientes como el hierro a las aguas costeras, e intensos ciclos estacionarios de corrientes de surgencia habrían causado que se elevara el agua fría de las profundidades, trayendo material orgánico a la superficie.
Zooplancton y krill a montones se habrían reunido para darse un festín con los nutrientes. Formaron densas manchas que se convirtieron en los enormes buffets de las ballenas.
Cambios alimenticios hace 4.5 millones de años explican cómo las ballenas se volvieron los animales más grandes. A veces migran hasta miles de kilómetros en busca de comida. (Associated Press)
Las ballenas barbadas ahora pueden engullir cantidades mucho más grandes de presas, lo que les permitió volverse más grandes. Pero eso fue sólo parte de la ecuación.
“Una abundancia de alimento por doquier no va a resultar en ballenas gigantes”, dijo Graham Slater, biólogo evolutivo de la Universidad de Chicago y autor principal del estudio.
Ya que los ciclos ecológicos que impulsan las explosiones de krill y zooplancton son estacionales, Slater explicó que las ballenas deben migrar miles de kilómetros de una mancha de alimento a otra.
Los ancestros más grandes de las ballenas que tenían tanques de combustible más grandes tenían mejores probabilidades de sobrevivir a las largas migraciones estacionales para alimentarse, mientras que las ballenas barbadas más pequeñas se extinguieron.
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