Sus flores aparecen en verano y atraviesan casi todo el otoño y sus frutos rellenos de algodón blanco (paina) le dan interés a lo largo del año.
Este tipo de árboles nativos que pueden encontrarse en la plaza central de Reconquista, y que son motivo de leyendas, tienen como características de ser bastante longevos, rústicos y su afán de supervivencia es tal que hasta se pueden trasplantar siendo ya adultos.
El nombre común proviene del abultamiento del tronco, que le da aspecto de botellón, debido a que en la madera acumula agua para tiempo de escasez.
"Estas floraciones se repiten todos los años, a veces más tímidas, pero este año floreció a lo grande dándole valor a la flora autóctona", destacó el ingeniero Matías Speranza, responsable de la Dirección de Vivero y Producción Forestal del Gobierno de Reconquista.
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